Debemos de comenzar diciendo que no todas las empresas son «bio», «naturales», «veganas» ó libres de maltrato animal. A medida que crece la preferencia hacia la belleza limpia y verde, también crece el impedimento para su crecimiento: el greenwashing.
Comprendiendo el mercado actual
Las preferencias del mercado hacia los productos sostenibles, ecológicos y basados en la naturaleza son más fuertes que nunca. Las estadísticas revelan que es probable que el mercado mundial de belleza biocosmética, crezca a una tasa compuesta anual del 5% de aquí a 2030. En consecuencia, es probable que el mercado alcance la friolera de 150 mil millones de dólares para ese año. Las estadísticas también muestran que casi el 90% de la Gen Z, así como cerca del 75% de los consumidores Millennials, se inclinan por productos seguros y ecológicos.
Las marcas de todo el mundo están tomando nota de las crecientes preferencia hacia lo «verde». Están lanzando líneas de productos ecológicos ó veganos como nunca antes. También están surgiendo cada vez más marcas basadas únicamente en ingredientes naturales. ¿Entonces cuál es el problema? Pues bien, el problema está oculto ante nuestros propios ojos. Son las marcas fake que no cumplen con lo que prometen, y se presentan como verdes, e inclusive respetuosas con el medio ambiente. En pocas palabras esto es el Greenwashing.
¿Qué es el Greenwashing?
Dícese de un producto que proclama ser natural, ecológico u orgánico, cuando en realidad no lo es. Siendo esto llanamente una estrategia de marketing ó de ventas. Podemos concluir pues, que cumple con las características del greenwashing. Y se efectúa a través del embalaje, las descripciones del producto, ó de la estrategia de marketing que hay detrás.
Imagina que un producto cosmético dice tener muchos ingredientes naturales. Como lo es el aloe vera, aceites esenciales ó extractos florales como lo indica en su envase. Sin embargo, el producto en cuestión tiene muy pocos ó ninguno de estos. Y además está hecho principalmente con productos químicos no muy seguros. Este es un ejemplo clásico de greenwashing. Otro ejemplo podría ser productos testeados en animales y afirmando cínicamente que son respetuosos con el medio ambiente de igual forma.
El problema con el Greenwashing
El greenwashing en la industria de la belleza es una amenaza creciente debido al engaño al que somete a los consumidores. Las marcas que practican esta estafa, manipulan el marketing y crean una percepción de falsa de responsabilidad con el ambiente. Esto induce gravemente a los consumidores en gastar en artículos que no son lo que dicen. Al diluir el impacto de las auténticas marcas ecológicas, también genera escepticismo en torno a las afirmaciones de sostenibilidad. Por lo tanto, impide el cambio general hacia prácticas más sostenibles.
Por lo general los productos veganos y biosustetables son un poco más caros. Así cuando nos encontremos frente a un producto que nos levante sospecha. Lo primero que hay que ver es su precio. Sí es extremadamente barato, en comparación a otro producto similar y con la categoría de «verde»; entonces lo más seguro es que sea una completa estafa. También es muy importante investigar la reputación de la marca, y que es lo que sus clientes dicen al respecto.
Marcas como Natura, siempre te brindarán lo que prometen. Incluso más de lo que esperarías, siendo éste un valor agregado que pocas empresas en el mundo pueden brindar.
Lee el siguiente post para conocer más acerca de las certificaciones que existen en la cosmética.
¿Por qué sigue Prevaleciendo?
Ésta situación prevalece en muchos países debido a varios factores. Un factor primordial es la ausencia de regulaciones estrictas específicas para las afirmaciones ecológicas permite a las marcas aprovechar la falta de supervisión. Si bien, muchas regiones tienen directrices para el etiquetado y las estrategias de marketing, a menudo se aplican de manera laxa.
Esto permite a las empresas hacer afirmaciones de sostenibilidad con pocos ó nulos fundamentos sin afrontar las consecuencias. Además, la conciencia limitada del consumidor facilita que las marcas lo engañen. Por lo que se necesita una legislación integral y marcos regulatorios que definan pautas para las afirmaciones ecológicas estandarizadas y a nivel global. Las marcas manufactureras por otro lado, deben intensificar sus normativas y poner en práctica una sostenibilidad genuina para combatir éste problema.
Guía para evitar el Greenwashing
Transparencia y rendición de cuentas: Fomentar la transparencia y la rendición de cuentas es el primer paso y el más sencillo para evitar éste tipo de engaño. Las marcas deben ser claras, precisas y proporcionar información sobre sus prácticas de sostenibilidad. Esto incluye la obtención de ingredientes, los procesos de fabricación, el proceso en la cadena de suministro y los materiales de embalaje. También deben divulgar sus certificaciones y hacerlas fácilmente accesibles a los consumidores. Al ser honestas y abiertas, las marcas pueden generar una confianza inquebrantable con todas las personas que consuman sus productos.
Establecer objetivos de sostenibilidad realistas: es imperativo apuntar hacia la sostenibilidad tanto como sea posible. Estos objetivos deben ser específicos, tener plazos determinados y estar alineados con las mejores prácticas de la industria o estándares reconocidos. Por ejemplo, las marcas pueden comprometerse a reducir las emisiones de carbono un cierto porcentaje en un período de tiempo determinado. Así como utilizar energía renovable en los procesos de fabricación donde sea factible.
Inspección de terceros: es una forma eficaz de aumentar la incredibilidad. Las marcas pueden obtener certificaciones de organismos certificadores reconocidos en materia de sostenibilidad. Estas organizaciones independientes evalúan las prácticas de sostenibilidad de una marca, y se aseguran de que cumplan con los estándares requeridos.
Ciclo de vida de los Productos y Conclusiones
Evaluación del ciclo de vida del producto: las marcas deben realizar evaluaciones integrales del ciclo de vida del producto para evaluar el impacto ambiental del mismo. Desde la extracción de la materia prima hasta su eliminación. Proporcionar información sobre la huella de carbono, el uso del agua y la generación de residuos. Al identificar áreas de mejora, las marcas pueden tomar decisiones informadas para minimizar su impacto ambiental. Así, éstas mismas pueden aumentar la transparencia y la credibilidad comunicando los resultados a los consumidores.
En última instancia, las marcas deben esforzarse continuamente por innovar y mejorar sus prácticas de sostenibilidad. Investigación y desarrollo para encontrar alternativas ecológicas a ingredientes nocivos. Adoptando principios de economía circular y reduciendo los residuos de envases. Eliminar los problemas que conducen a resultados NO ecológicos, es de gran ayuda para contribuir al cuidado del medio ambiente y evitar el greenwashing.